Fecha de publicación: 17 de marzo de 2022

Cómo era la prostitución antes de Internet

Un cambio absoluto de paradigma. Eso es lo que ha supuesto la expansión definitiva de Internet a principios de este siglo XXI, en una época además convulsa y cambiante. La red de redes surgió décadas antes pero solo tuvo su explosión cuando la tecnología alcanzó el verdadero desarrollo necesario para dar cabida a un invento tan revolucionario. Parece mentira, pero si nos ponemos a pensar en cómo eran las cosas hace tan solo veinte años, nos podemos llevar una gran sorpresa. Todo ha cambiado, desde la forma que tenemos de encontrar pareja a nuestras compras. Internet ha traído consigo también la explosión del comercio con tarjeta de crédito, imprescindible para las compras online. Ha hecho que cambiemos nuestra forma de disfrutar del ocio y el tiempo libre, con las plataformas de streaming. Ha llevado  a las industrias del ocio a un nuevo cisma, del que todavía está por ver cómo saldrán. Y todo ello colándose por completo en nuestras vidas, ahora ya como parte de nuestro día a día en los smartphones.

Trabajar desde casa, comprar cualquier cosa en cualquier lugar del mundo o estar en contacto con nuestros seres queridos en cualquier momento y totalmente gratis. Todo esto ha traído Internet en las últimas dos décadas, en un cambio tan grande que a veces incluso nos cuesta acordarnos de cómo era todo antes de que llegara la red. Para muchos de los que han vivido ese cambio, las cosas eran más fáciles sin Internet. Menos agobio al no tener que responder mensajes las 24 horas del día. Se apreciaba mucho más la oportunidad de escuchar música o ir al cine, porque era algo extraordinario. Hoy todo eso está a la orden del día, y nuestra cultura trata de adaptarse a los cambios inevitables que supone un invento así. Porque Internet ha llegado a todos los sectores, incluyendo el de la prostitución, que parece en principio tan alejado de estas nuevas tecnologías. Al ser un invento tecnológicamente tan trasversal, la red ha ofrecido oportunidades a las prostitutas que hasta ahora tenían que conformarse con trabajar como siempre. El cambio también ha llegado al sexo de pago, y no es un asunto cualquier, porque hay que entender que este negocio mueve muchísimo dinero en todo el mundo.

Un oficio muy antiguo

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Dicen que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, y aunque esta aseveración es seguramente falta, y no hay pruebas de ello, no va tan desencaminada. Lo decimos sencillamente porque ya desde tiempos inmemoriales se tienen constancia de este tipo de intercambios. Tal vez no en el modo en el que se dan ahora, pero sí de ofrecer sexo a cambio de un servicio, o de un bien, en lugar de dinero. Las prostitutas han existido desde siempre y aparecen incluso en las escrituras sagradas de algunas religiones. Lo más sorprendente es que en una época de cambios y revoluciones como esta, el oficio se mantenga casi como el primer día. Por supuesto, las cosas también han cambiado en la prostitución gracias a Internet, que ha otorgado nuevas oportunidades a las trabajadoras sexuales.

Prostitución en la calle y en burdeles

La prostitución siempre ha estado al aire libre, en la calle, en los caminos, en las sendas donde muchas veces paraban los caminantes y los viajeros. Era allí, a las afueras de las ciudades, o dentro de las mismas, donde las primeras prostitutas se mostraban solícitas para cumplir los deseos más ardientes de los hombres. En otros tiempos, por supuesto, aquello suponía un gran riesgo, ya que estas mujeres quedaban totalmente expuestas ante cualquier malhechor. Dado el poco respeto que por desgracia se tenía hacia las mujeres, muchas fueron violadas e incluso asesinadas mientras realizaban sus servicios, o estaban buscando a sus clientes. Ser prostituta era un trabajo de riesgo, y lo sigue siendo hoy en día.

Para estar más protegidas y conseguir también un lugar mejor donde llevar a cabo los servicios, las prostitutas solían enrolarse en casas de citas y burdeles, que se extendieron por toda Europa en la Edad Media y han llegado hasta hoy. Han cambiado de estilo, y en muchos países son clandestinos porque están prohibidos, pero los prostíbulos también forman parte inherente de la historia del sexo de pago. De hecho, todavía es la forma más común de encontrar ese placer, ya que muchos hombres prefieren acercarse a estos locales, normalmente discretos y muy cómodos. Allí todo está pensado para que la chica y el cliente den rienda suelta a sus placeres, de la forma más segura. Pero también hay muchas chicas que han trabajado por libre, buscando mayor independencia.

Contactos y anuncios eróticos

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Desde que aparecieron los periódicos y cambalaches, una de las secciones habituales en la sección de anuncios por palabras era la de contactos. Resultaba curioso comprobar cómo estos anuncios, bastante explícitos a veces, podían aparecer justo al lado de la página de cultura, o incluso de la de esquelas, anunciando los fallecimientos de personas importantes. Los anuncios por palabras podían ser tanto para escorts profesionales como para líneas eróticas, e incluso para algunos clubes de alterne. Estos últimos tenían anuncios más grandes donde se incluían fotografías sugerentes, aunque en baja calidad y en blanco y negro. Todavía habría que esperar unos años para encontrar esas fotos en la mejor calidad posible, gracias ya a la magia de Internet.

La revolución de Internet

Y entonces llegamos a nuestro siglo, ese en el que el cambio ya ha sido total y absoluto, veloz pero a la vez tan fluido que apenas nos hemos dado cuenta. Hoy por hoy todo se hace ya a través de Internet. Es como si hubiéramos encontrado la razón perfecta para consumir y consumir sin salir de casa, seguros, cómodos, sin tener que patearnos un millón de tiendas. La revolución de Internet ha llegado también a la prostitución, a través de las nuevas opciones que la red ofrece a las chicas. Por ejemplo, las plataformas de anuncios eróticos, que ahora son online, y ofrecen mucha más información que en las secciones de anuncios por palabras de los antiguos periódicos en papel.

El trasvase todavía se está dando, pero son muchas ya las escorts que han entendido que deben darle una oportunidad a las nuevas tecnologías. Y es que todo el mundo está ya en la red, en redes sociales, en foros, tal vez buscando algo de diversión  para una noche aburrida. Con estos anuncios, puestos en las diferentes plataformas, las chicas obtienen clientes de forma sencilla y sin tener que pasar horas en la calle, con todo lo que eso significa. Es un método más discreto y seguro para ambas partes, como deja bien patente el hecho de que los delitos contra prostitutas han disminuido en los últimos años. Este modelo terminará imponiéndose, si no lo ha hecho ya, porque todo son ventajas a la hora de contratar a una escort a través de Internet.