La ciudad de Valencia es conocida en el mundo entero por sus fiestas principales, las Fallas, y también por su gastronomía. La paella, un guiso de arroz originario de esta zona de España, es uno de los platos más populares de la dieta mediterránea, y no por casualidad, una de las primeras palabras que muchos turistas aprenden cuando viajan a cualquier punto del país. Pero Valencia, como cualquier otra gran ciudad que se precie, es mucho más que esos pocos tópicos que se expanden para darla a conocer. De hecho, en los últimos años ha vivido toda una revolución de la mano del turismo, gracias la creación de espacios muy especiales, como la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El complejo, ideado por Santiago Calatrava, ha tenido un impacto notable en la ciudad, a la hora de atraer a nuevos turistas, junto al Oceanografic, la otra gran joya moderna de la corona. Más allá de estas lustrosas y vanguardistas localizaciones, Valencia se abre también en su casco antiguo, auténtica y vetusta.

Porque la importancia de la capital del Turia a lo largo de los siglos ha sido notable, ya desde la época de la Reconquista, con la figura de El Cid Campeador. Su ubicación, a orillas del Mediterráneo, le ha conferido siempre un lugar de importancia para el mercadeo y las rutas comerciales. Su puerto ha sido uno de los más importantes de la costa española, y eso también se ha hecho notar alrededor de los barrios más ligados al mar. Lo que no tanta gente sabe es que Valencia también puede presumir de ser una de las grandes cunas del sexo en España. Un lugar en el que a día de hoy puedes contratar a todo tipo de trabajadoras sexuales en valenciaxx.com pero en el que, ya en su momento, existía un gran barrio rojo lleno de burdeles y prostíbulos, que atraían a miles de hombres llegados desde toda Europa. Aquel periodo marcó definitivamente el carácter de la ciudad, que luego perdió fuelle frente a Madrid y Barcelona, de las que se encuentra casi a medio camino, virando hacia el este. Hoy por hoy, Valencia es la tercera ciudad más poblada de España, y trata de recuperar esa notable presencia en las decisiones tanto económicas como culturales del país. Y como podrán imaginar, el sexo sigue muy presente en la ciudad, a pesar de las últimas decisiones que se toman desde los estamentos gubernamentales.

Ámsterdam, una ciudad ubicada al norte de Países Bajos, es considerada por muchos como la capital del sexo en Europa. Y tiene muchísimos atractivos turísticos, más allá de los meramente sexuales, como sus canales, sus imponentes monumentos o sus tiendas de ropa vintage. Sin embargo, lo que diferencia verdaderamente a Ámsterdam de las demás capitales europeas es su permisividad tanto con el sexo como con las drogas blandas. En esta ciudad encontramos los famosos coffee shops donde podemos consumir pasteles de cannabis sin ningún tipo de pudor. La venta de marihuana está legalizada en toda la ciudad, y el sexo se ve como algo tan normal que incluso hay un barrio entero lleno de burdeles y casas de citas. Es el famoso Barrio Rojo, muy popular entre los turistas, que suelen acercarse por aquí aunque solo sea por curiosidad, para comprobar si es cierto todo lo que han leído sobre esta zona.

En este barrio, las mujeres bailan de forma sensual y con muy poca ropa en escaparates de tiendas, llamando la atención de los potenciales clientes, a los que invitan a entrar para entregarles otro tipo de servicios… El ambiente liberal de la capital holandesa siempre ha atraído a muchísimos turistas extranjeros, tanto europeos como del resto del mundo. Los americanos, de hecho, se quedan fascinados por la forma en la que los holandeses entienden el sexo, tan natural y desinhibida. Ámsterdam es sin duda una de esas ciudades que hay que pisar al menos una vez en la vida, para tener una experiencia completa en una capital europea tan diferente al resto. Sin embargo, parece que en los últimos años la actividad de este sector ya no alcanza para atraer a tantos clientes. De hecho, las propias autoridades se están volviendo a plantear si cambiar la regulación sobre los servicios sexuales. ¿Podríamos estar ante el fin de la picante Ámsterdam?

Los cruceros son una de las formas más populares para viajar, y está claro que se han convertido en una de las apuestas más activas del turismo en los últimos tiempos. Pasar varios días a bordo de un barco que es un auténtico hotel de cuatro estrellas flotante es una experiencia brutal que todo el que la prueba quiere repetir. Sin embargo, los cruceros fluviales todavía no están tan en boga, aunque ofrecen una forma diferente de conocer las ciudades, con un enfoque más cultural. Los que se desarrollan en Europa, por ejemplo, están empezando a llamar la atención de muchos viajeros que quieren disfrutar de varios días navegando por el Danubio, por el Rin o por el Sena.

Lo cierto es que este tipo de cruceros son muy parecidos a los cruceros marítimos, solo que van por los ríos, hacía el interior de los países, visitando eso sí numerosas ciudades interesantes y lugares muy especiales que harán las delicias de los viajeros más exigentes. En Europa encontramos cruceros por Francia, Alemania, Austria y Hungria, España, Rusia, Países Bajos o Italia, así que hay muchísimo donde elegir, y las ciudades por las que pasan estos cruceros son auténticas capitales culturales, lugares hermosos que no nos podemos perder por nada del mundo y que supondrán una experiencia magnífica.

El tiempo libre está para disfrutarlo, y cada cual lo hace a su manera. Algunos simplemente quieren descansar en casa viendo alguna serie o película, o tal vez leyendo algún libro. Otros prefieren dedicar ese tiempo libre a salir de fiesta, o a hacer deporte. Y también están los que buscan cualquier día libre para pegarse una escapada y viajar. Gracias a las compañías de bajo coste, hoy en día no es complicado encontrar vuelos y billetes baratos para salir a conocer el mundo, para encontrar siempre un lugar especial que visitar. Y como el mundo es tan amplio, siempre habrá algo nuevo que podamos hacer aquí o allí.

Podemos ocuparnos nosotros mismos de prepararlo todo, aunque eso supone un quebradero de cabeza importante, por no hablar de todo el tiempo que gastaremos en ello. También podemos adquirir algún paquete ya preprogramado de los muchos que se encuentran tanto en internet como en las agencias de viaje tradicionales. Pero si quieres descubrir un sitio de verdad, a tu ritmo y con tus propias preferencias, nada mejor que crear un paquete personalizado a tu medida, algo que la mayoría de agencias estarán encantadas de ofrecerte, para que la experiencia sea tal y como tú quieres disfrutarla.