Fecha de publicación: 5 de noviembre de 2020

Cómo quitar el hipo

Puede ser algo realmente molesto y sobre todo, complicado de tratar si nos entra de una manera intensa. Los ataques de hipo, en momentos puntuales, pueden ser una auténtica pesadilla, porque nos hacen ponernos nerviosos, nos imposibilitan hablar con naturalidad y sobre todo, pueden generar recelo en los demás. Tener a una persona hipando en un lugar con todo el mundo en silencio es una verdadera escena de terror para el que la sufre, pero en la mayoría de ocasiones no podemos hacer mucho por evitarlo… ¿o tal vez sí? Existen remedios que pueden ser muy útiles para atajar estos ataques de hipo, pero también dependerán de la situación y sobre todo, de la persona. Y es que no a todo el mundo le funciona igual, y no hay un truco decisivo, pero sí que podemos trabajar en algunos métodos que pueden ser efectivos.

El hipo es algo muy molesto y complejo, porque en la mayoría de ocasiones ni siquiera sabemos qué lo provoca. Ahora vamos a analizar algunas de sus causas, pero son solo una pequeña parte de todo lo que puede derivar en ese hipo que tanto llama la atención. En los bebes y los niños suele ser más habitual que en los adultos, por eso hay que estar mucho más atentos con ellos, sobre todo cuando son muy pequeños. Esos hipos pueden ser simplemente una anécdota, pero también llegan a ser problemáticos porque pueden doler de verdad en el pecho cuando se producen de una manera intensa o muy continuada. En este artículo vamos a ofrecer algo más de claridad en el tema, así como algunas posibles soluciones.

¿Por qué nos da hipo?

El hipo se produce por una contracción involuntaria del diafragma, que es el músculo que separa el pecho del abdomen. Este músculo está muy relacionado con la respiración, así que en ocasiones se ve afectado por lo que comemos, bebemos o tomamos, contrayéndose de manera antinatural y forzosa, y repitiendo ese movimiento varias veces, si no podemos evitarlo. Cada contracción se siente en la parte alta del abdomen y supone como un pinchazo, además de venir acompañada del cierre de las cuerdas vocales, muy relacionadas también con el diafragma. Este cierre es lo que produce el sonido tan característico del hipo, ese “hip” que se puede escuchar de una manera más o menos fuerte, interrumpiendo nuestra voz y provocando que todos nos miren. El hipo también puede venir a consecuencia de una emoción intensa, como un susto, por lo que también en este tipo de situaciones es bastante inapropiado.

Técnicas para quitar el hipo

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Ya hemos comprobado por qué se produce el hipo. Podemos intentar evitarlo, no ingiriendo bebidas muy frías, o mucha comida de golpe, sin beber nada de agua. Pero como ya habrás podido comprobar a estas alturas, el hipo llega cuando menos lo esperamos y a veces es imposible de detener. Sin embargo, existen algunos trucos que pueden sernos muy útiles. El más conocido es el de llevarnos un susto, una emoción fuerte, al fin y al cabo, para devolver al diafragma a su estado natural. Es como el dicho de “una mancha de mora con otra se quita”. No tiene mucho sentido, teóricamente, pero es cierto que a veces puede llegar a funcionar, sobre todo si el susto es verdaderamente inesperado. También se habla mucho de beber varios tragos de agua, para obligar a nuestro sistema a no respirar y terminar con el hipo.

Los consejos sobre la respiración suelen ser los más habituales. El aguantar sin respirar durante todo el tiempo que podamos, sobre todo si el hipo es constante, suele servir bastante. Estamos obligando a nuestro sistema a adaptarse a esa situación, y el diafragma lo hará de esa forma. Para muchos, la clave es inhalar lentamente el air durante un tiempo y luego aguantarlo, poniéndonos la mano en la nariz para evitar que salga por ahí. Otro ejercicio que parece dar buenos resultados es el de estirar el cuerpo, siempre con un punto de apoyo, para que el propio diafragma recupere su estado natural. Hemos de tener cuidado, por el hipo en estas circunstancias puede darnos un latigazo incluso más fuerte.

Cuánto es lo máximo que puede durar el hipo

Cada persona es un mundo, y sufre el hipo de una manera distinta. Los bebés y los niños pequeños pueden tenerlo de una manera más habitual, y durarles incluso por encima de una hora. Su sistema respiratorio, todavía en formación, necesita adaptarse a este tipo de situaciones, y al no ser capaces de encontrar una solución para ese problema, el hipo se desarrolla mucho más. Lo normal es que desaparezca en un rato, pero hay personas que lo sufren durante varios días seguidos, no de manera continua, claro está, pero si a ratos, como si fuera algo crónico. De hecho, un estadounidense posee el record del mundo de llevarse más tiempo con hipo, ya que lo sufrió por más de 68 años, básicamente durante toda su vida. Está claro que son casos muy concretos y no tan realistas, pero el hipo se puede convertir en un problema serio si no le ponemos solución.

¿Cómo de grave puede llegar a ser el hipo?

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La contracción del diafragma conlleva no solo ese molesto hipido que se produce en las cuerdas vocales, sino también por el dolor que puede producir en nuestro pecho. La contracción es un movimiento bastante fuerte que puede provocarnos un malestar constante si no logramos frenar el hipo. De la misma forma, el hipo constante puede suponer una complicación para comer, beber e incluso para hablar con normalidad. Si lo sufrimos de manera constante es porque hay algún tipo de problema oculto en el diafragma. Visitar al médico puede ser una buena forma de entender qué es lo que nos está pasando. Darle la importancia que tiene, sin infravalorar al hipo, es lo mejor que podemos hacer.