Fecha de publicación: 15 de marzo de 2021

Drogas psicodélicas y sus efectos en el ser humano

En los años 60 se dio una de las revoluciones culturales más importantes del pasado siglo XX, el movimiento hippy, una corriente contracultural que abogaba por el respeto y el cuidado del medio ambiente, el amor libre, la hermandad y la paz entre personas y el uso de diferentes sustancias para alterar nuestra consciencia y sacar nuestra creatividad, o simplemente, para ver el mundo de otra forma diferente. Las primeras personas que empezaron a utilizar esas sustancias a través de drogas de diseño o psicodélicas planteaban que esos “viajes” les ayudaban a romper las barreras de sus mentes y a sentir nuevas formas de entender la realidad. Fueron años de mucho movimiento, en un intento por cambiar las cosas, y sin embargo, parece que el sistema venció y todos aquellos sueños quedaron simplemente expuestos como una utopía. Algunas cosas, sin embargo, se han mantenido con nosotros.

El uso de esas drogas psicodélicas, que creaban alucinaciones y alteraciones en la cognición de quien las tomaba, sigue siendo muy habitual hoy en día, aunque ya no esté ni mucho menos relacionado con el movimiento en el que surgió. De hecho, estos psicotrópicos son considerados muy peligrosos, ya que aunque no generan una adicción tan potente como otras drogas del estilo de la heroína o la cocaína, pueden ser muy peligrosas al cambiar por completo nuestra percepción de la realidad a través de sus efectos, y hacernos creer que están ocurriendo cosas que en realidad solo están en nuestras mentes. Sin embargo, no están tan estigmatizadas como otras drogas, y eso ha hecho que muchos jóvenes quieran probarlas, al menos para saber qué se sienten, y que otros tantos las utilicen como forma de expandir sus mentes, su creatividad, más allá de lo que su conciencia les permite en un estado normal.

Qué son drogas psicodélicas

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Conocidas también como psicotrópicos o drogas alucinógenas, las drogas psicodélicas son sustancias que, al ser tomadas, provocan un cambio en la percepción de quien las has consumida, sobre todo a través de alucinaciones e ilusiones tanto sensitivas como auditivas o visuales. Generan un efecto en el cerebro que hace que nuestra percepción de la realidad cambie, haciéndola diferente, y para muchos, expandiéndola, cruzando las barreras de nuestra propia materia gris. Este tipo de drogas se pueden diseñar, pero también se encuentran de manera natural, como ocurre por ejemplo con los hongos y setas alucinógenas, que producen este mismo efecto en nuestra percepción siempre que sean tomadas de una forma moderada. Un exceso de este tipo de drogas o una dosis demasiado alta puede provocar daños irreparables en nuestro cerebro o en el resto del organismo.

Tipos de drogas psicodélicas

Existen diferentes tipos de drogas psicodélicas, con una diferenciación basada principalmente en sus componentes, pero también en los efectos que provocan sobre la persona que las consume. Están, por ejemplo, las drogas naturales, aquellas que se encuentran directamente en la naturaleza y que no suelen ser alteradas por el ser humano antes de consumirlas. Destacan en este grupo los hongos alucinógenos, una de las drogas más habituales dentro de los psicotrópicos, y también el peyote, que se popularizó muchísimo a finales de los 60 con todo el movimiento de contracultura hippie. De la misma forma, la ayahuasca ha sido utilizada en Latinoamérica durante siglos como parte de rituales chamanísticos, y es una planta que produce unos efectos alucinógenos muy intensos.

Por otra parte tenemos las drogas que han sido creadas por el ser humano, basándose en alguno de los componentes anteriores o en simples mezclas químicas preparadas en laboratorios. En este grupo encontramos, por ejemplo, el famoso LSD, uno de los ácidos más comunes en la época hippie y que se ha demostrado absolutamente devastador si se toma de manera continuada. La mescalina es otra de las formas más habituales de encontrar drogas psicodélicas ya preparadas por el ser humano. El MDMA, que se puede encontrar en pastillas o pequeñas papelinas, es una de las que más popularidad han encontrado ya en las últimas décadas, sobre todo entre los jóvenes. Todas ellas tienen efectos alucinógenos, pero estos varían dependiendo de una u otra.

Efectos de las drogas psicodélicas en nuestro cerebro

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La principal función de estas drogas psicodélicas es cambiar la percepción de aquel que las toma, haciéndole creer que está sintiendo cosas que solo sestan en su cabeza, por el tremendo impacto que provoca ese cóctel químico en nuestro cerebro. Lo más habitual es tener alucinaciones bastante realistas, aunque el hecho de perder de vista la propia realidad y la credibilidad hace que demos por válidas visiones que, en condiciones normales, nos parecían una locura. Las alucinaciones visuales y auditivas son las más habituales, pero también hay un gran cambio en las percepciones del tacto, ya que sentimos algo diferente cuando tomamos este tipo de sustancias. Cada persona es un mundo y los efectos pueden variar según el género, el peso y la edad, sirviendo a algunos para darse un “pequeño viaje”, y haciendo que otros pierdan por completo la percepción de la realidad y se asusten.

Nuestra percepción de la realidad bajo sus efectos

Las drogas psicodélicas funcionan como alteradores de nuestra conciencia, a través de ese chute químico que producen en nuestro cerebro al ser consumidas. Todo lo que ocurre en nuestra materia gris tiene que ver con la química, con los neurotransmisores que mandan mensajes a nuestra propia conciencia para que entendamos lo que ocurre en el mundo. Cuando consumimos drogas alucinógenas, las sustancias que las generan provocan en nuestra mente un cambio absoluto de percepción, creando cosas que no están realmente ahí. Nosotros siempre pensamos que nuestros ojos o nuestros oídos no nos van a engañar, pero en realidad los estímulos que recibimos a través de ellos son procesados por nuestro cerebro, que los “traduce” para que los entendamos.

Si el cerebro está condicionado por alguna sustancia que le haga trabajar de otra manera, esa traducción puede ser defectuosa y por tanto, estaremos a merced de las alucinaciones que estas drogas nos producen. Para mucha gente es una forma de romper con sus limitaciones de percepción y llegar a un punto diferente, más creativo, en el que son capaces de entender las cosas de otra forma. Para otros, estas drogas simplemente les sirven para disfrutar de un rato de evasión y disfrute, aunque eso sí, las consecuencias pueden ser nefastas si nos dejamos llevar por todo lo que vemos o escuchamos, o si tenemos la desgracia de caer, como se suele decir, en un “mal viaje”.