Fecha de publicación: 14 de diciembre de 2018

Pseudociencia, ¿cuáles son los límites que la separan de los modelos científicos reales?

En los últimos tiempos, gracias al auge de las redes sociales en las cuáles se puede compartir todo tipo de contenido, las pseudociencias han vuelto a tener un nuevo resurgimiento, con muchos adeptos que prefieren ese tipo de explicaciones ante las que la ciencia ofrece. En otras ocasiones, la ciencia es incapaz de explicar, al menos por ahora, ciertos sucesos y fenómenos, y ahí es donde entran estas pseudociencias tomando el testigo y lanzando teorías que, como es lógico, tampoco se pueden comprobar. Ahí es donde radica la principal diferencia entre la ciencia y las pseudociencias.

La ciencia siempre afronta los problemas con los que se enfrenta desde una perspectiva crítica, con la intención de demostrar empíricamente una serie de soluciones que se pueden dar a ese problema. Esto ocurre porque pasa esto, en todos los casos. Sin embargo, las pseudociencias como el reiki o la homeopatía trabajan con postulados mucho más generales, y que no han sido comprobados científicamente, aunque según sus defensores funcionan a la perfección, y eso es justo lo que cuenta. ¿Hay diferentes entre las pseudociencias y la ciencia? Descúbrela en este artículo, para saber cuando te enfrentas a una y a otra.

pseudociencias

¿Qué criterios distinguen entre ciencia empírica y pseudociencia?

La ciencia empírica, la de verdad, lleva a cabo estudios absolutamente controlados, para que no haya lugar a ningún error en los cálculos o informes que se realicen. Todo está controlado por expertos y se llevan a cabo cientos de experimentos para demostrar cualquier teoría. En la pseudociencia, sin embargo, se utiliza un criterio totalmente distinto, asegurando que si algo funciona es porque hay una razón para ello. La razón puede ser desconocida, o no comprobable empíricamente (en caso de hacerlo, se habría comprobado por la ciencia), pero el método carece de importancia si al final el resultado es positivo.

Falsabilidad: un sello distintivo de la ciencia

El filósofo Karl Popper desarrolló una teoría epistemológica a la que denominó falsacionismo, a través de la cual aseguraba que cualquier verdad que se diera por absoluta podía ser falsable si podíamos comprobar, mediante el método empírico, que había si quiera una forma de negar esa verdad. Por ejemplo, cuando se comentaba que todos los cines eran blancos, llevando esa verdad “universal” como algo absoluto, luego quedo falseada al descubrirse cisnes negros. La falsabilidad es el marchamo de la ciencia para distinguirse de todo lo demás, la manera y el método de comprobarlo todo hasta las últimas consecuencias para que cualquier enunciado científico sea comprobable en cualquier situación.

pseudo ciencia

La pseudociencia, muy estática y sin nuevas líneas de investigación

Las pseudociencias nacen, en muchas ocasiones, de la necesidad de explicar cosas que la ciencia todavía no hay podido explicar, aunque lo hace, claro, de una forma mucho menos empírica, sin llegar a comprobaciones reales, sino simplemente aceptando ciertos resultados. Ocurre por ejemplo con la homeopatía, un tipo de ciencia que asegura utilizar remedios ancestrales y totalmente naturales para enfermedades que la ciencia “no sabe curar” o en cuya curación se incluyen medios con efectos secundarios importantes. Como ya obtienen su supuesto resultado a las primeras de cambio, las pseudociencias no necesitan seguir adelante con otras investigaciones, puesto que ya tienen todo lo que necesitan y ya demuestran lo que buscan, aunque esa demostración esté lejos de ser científica o empírica.

El peligro que conlleva el uso de pseudoterapias como medicina alternativa

Las terapias alternativas no tienen por qué ser algo malo per se, ya que en muchas ocasiones, el efecto placebo que producen sobre el paciente es interesante y positivo. Sin embargo, si son una alternativa a la medicina tradicional, pueden conllevar un riesgo enorme. Hacerle creer a un enfermo de cáncer que no se va a curar con quimioterapia o con cualquier otro medio que ha demostrado empíricamente que funciona, sino con una terapia alternativa, es poner en peligro absoluto la vida de esa persona, que se agarrará a la fe en lugar de a la ciencia, cuando las terapias alternativas no han podido demostrar hasta el momento grandes avances en sus campos.

Algunas de las pseudociencias más populares

Hay muchas pseudociencias acechándonos y tratando de embaucarnos, así que nunca está de más conocer un poco mejor sobre ellas, para saber evitarlas o al menos, ir con cuidado. Por ejemplo, la frenología era una ciencia que solía utilizarse para determinar la culpabilidad de los criminales según la forma y el tamaño de su cráneo. La astrología, muy seguida actualmente, se basa simplemente en teorías que relacionan la posición de los planetas con nuestras propias vivencias. La homeopatía, la acupuntura y otras alternativas medicinales también pueden suponer un peligro si nos agarramos a su clavo ardiendo en lugar de acudir a la ciencia empírica.